Las personas que abusan de consumir alcohol y drogas
y se recuperan,
¿Cómo lo hacen?
Me pasaba el día temiendo que sonara el teléfono...
Y que, al otro lado, una voz dijera:
“Buenas tardes. Le llamo del hospital, su hijo está ingresado porque lo hemos encontrado en una acera al borde de una sobredosis” o “Le llamo de la Guardia Civil, ¿es usted la madre de Pedro?”
O peor aún, que la llamada simplemente fuera para ir a identificar un cuerpo… el de mi hijo.
Los días eran así. Algunos algo más tranquilos, la mayoría, con discusiones por dinero que faltaba de la noche a la mañana, porque él mismo había desaparecido durante días o porque había que ir a buscarle a algún sitio y recogerle casi inconsciente por el alcohol o por lo que fuera que se metía en el cuerpo.
No se me olvidará nunca la primera vez que llamaron a casa para pedirme que fuera a pagar una de sus muchas deudas.
Pasé mucha vergüenza, a mí me han educado para ser una buena persona. Y traté de hacer lo mismo con mis hijos.
Pero Pedro…Pedrito…
Todo se torció cuando ya era mayor.
Era autónomo, por su cuenta. Todo parecía irle bastante bien la verdad. Pero de golpe y plumazo empezamos a notar comportamientos raros.
Venía a casa muy tarde. El aliento le olía tanto a alcohol que parecía que la copa te la hubieras tomado tú.
Se convirtió en rutina.
Y se quedaba dormido por las mañanas. Vamos, hasta el mediodía.
Encima era imposible decirle algo sin que se armara una escandalera.
Llegaba tarde a citas de trabajo. Llamaban clientes suyos a casa preguntando por él. En fin, se torció. Por algún motivo. El decía que era una mala racha.
Y perdió a sus clientes. Buscó trabajo y encontró algunos decentes, pero le echaban a los pocos días. Normal, se convirtió en un desastre y estaba bebido o drogado casi de continuo.
La relación se esfumó, casi sin darnos cuenta pasó a parecer un extraño. Se nos olvidaron las bromas y todo era bronca.
Que hiciera algo “normal” nos costaba un mundo. Porque todo derivaba siempre en una discusión.
Tuvimos que quitarle de las cuentas familiares porque sacaba dinero sin preguntar y cantidades cada vez más grandes. Desaparecían cosas de casa y él nunca sabía nada.
Claro, lo revendía para consumir.
Resulta que consumía casi de todo, porros, cocaína, alcohol… lo que pillara vamos.
Luego pasamos a que dejara a deber todo, por aquí y por allá, llegó incluso a robar y ¡vete a saber qué cosas más!
Y la violencia en casa fue a más, algo insoportable, no se lo deseo a nadie.
En ese momento tuvimos que solicitar una orden de alejamiento para nuestro propio hijo. Cualquier día iba a suceder una desgracia.
Y resulta que eso, ese paso, tan tan duro, fue el que desencadenó que uno de sus hermanos lo convenciera para ingresar en la clínica de Help.
Y todo cambió, aunque fue un proceso lento, al menos había algo de esperanza. Ya la habíamos perdido del todo.
Aquí Pedro superó la desintoxicación, el primer paso para rehabilitarse.
Y poco a poco con mucho tiempo y mucho esfuerzo suyo, pero también nuestro, se ha rehabilitado. Eso quiere decir que ahora ya no está ingresado, ha recuperado una vida normal. Tras un tiempo en un piso tutelado ha vuelto a casa y, por suerte, ha encontrado un trabajo y habla con nosotros.
Esta mañana me gastó una broma. Una broma tonta.
Ayer vimos una película los tres juntos. Antes de ayer no le apetecía mucho nada, se fue a pasear y a escuchar música. O sea, como todos, que a veces tenemos ganas de cháchara y a veces queremos estar solos.
Hemos recuperado a un hijo por el que no dábamos un duro.
Si estás en esta situación el mejor consejo que te puedo dar, como madre de un ex-adicto, es que hables con un buen profesional.
Mi hijo se ha recuperado aquí, en Help, gracias a todo el equipo, pero creo que el mayor culpable es José Manuel, su responsable. Te aconsejo que les llames o hables con él y que te aconsejen.
Ahora Pedro está feliz y nosotros también. Ha sido mucho sufrir y aunque siempre te queda la duda de si recaerá, no te voy a mentir, desde luego mi hijo vuelve a ser una persona con vida.
Y esto no se paga con dinero, al menos para mí, como madre.
Me pidió si podía contar mi historia para su web en vez de grabar un testimonio como los que ya tienen en vídeo y aquí se lo he puesto en bandeja.
Espero que te sirva si tienes a alguien cerca o, peor aún un hijo o hija, con un problema de consumo porque en la clínica:
- Podrán lograr que se desintoxique, lo primero, que es lo más rápido y fácil.
- Luego comenzará su rehabilitación. Aunque sea algo que dure bastante tiempo merece la pena, volver a hacer bromas con tu hijo, como en mi caso, no tiene precio.
- Podrás olvidarte de las situaciones violentas en casa.
- Conseguirás eliminar la angustia constante de esperar una llamada traumática, aunque cueste bastante tiempo.
- Volverás a tener un día a día normal, rutinario y sin sobresaltos. Al menos los que una persona normal suele tener, tampoco es magia ni la solución a cualquier problema.
- La satisfacción de ver como recupera su estado físico y mental anterior en vez de seguir consumiéndose.
- Sentirás el alivio de haberle ayudado a seguir viviendo, al menos en nuestro caso.
En España mueren 15.000 personas al año por consumo de alcohol por muy aceptado que esté. (datos del Ministerio de Sanidad en 2019)
- Siguen una terapia propia bastante severa: no puede salir del centro mientras se desintoxica y rehabilita pero, en contra de lo que pensaba, creo que dicha rectitud es algo muy positivo para evitar recaídas y que el tratamiento realmente funcione.
- En mi caso conseguir que ingresara surgió por solicitar una orden de alejamiento pero sé que en Help tienen procesos para lograr convencer al paciente de su ingreso, tipo las intervenciones en las que aparece toda la familia por sorpresa, para hacerle ver que realmente necesita ayuda profesional.
- Con el tiempo, echando cuentas de verdad, el agujero que supuso la adicción de nuestro hijo fue muy superior a lo que nos ha costado la clínica aunque no ha sido un tratamiento barato.
Los tratamientos que hacemos en Help Adicciones están dirigidos a personas con problemas muy serios de consumo que hayan afectado gravemente a su rutina diaria. Especialmente en casos de Patología dual, esto es, personas que además de la enfermedad de la adicción hayan desarrollado un problema psicológico, es muy habitual que se den juntos.
En esas situaciones, la terapia que llevamos a cabo consigue desintoxicar y rehabilitar a la persona adicta en la gran mayoría de casos, siempre que siga las pautas y que haya una mínima implicación familiar.
No tratamos adicciones que no sean a sustancias psicoactivas, a menos que vengan asociadas al consumo de drogas.
Realizamos dos tipos de tratamientos: el de Detox, que es un proceso únicamente de desintoxicación, tiene una duración aproximada de una semana de ingreso y la tarifa es de 1000€ por día.
No obstante, la mejor opción es el tratamiento completo. Además de la fase de desintoxicación, permite trabajar la deshabituación, estimular y volver a enseñar al adicto a superar sus miedos, inseguridades y recobrar una vida normal, a todos los niveles. Para ello, el ingreso y la terapia son de larga duración, con un mínimo de ingreso de varios meses y una tarifa mensual de 7.500€.
Sí, por supuesto. Si el paciente se encuentra en crisis a veces es el mejor momento porque él mismo se da cuenta de que necesita ayuda. Hay que aprovechar esa oportunidad para ayudarlo.
Pero la clínica de Help no es un hotel, tiene que haber disponibilidad de plaza para el ingreso, así como no se puede llegar a la puerta y esperar que ingresemos a cualquiera en cualquier escenario.
Es necesario que valoremos cada ingreso previamente para asegurarnos de que realmente podemos ayudar al paciente. En estos tiempos de Covid tenemos que hablar por teléfono antes para agendar una cita, aunque sea urgente, para que comentemos tu caso y ver si el ingreso urgente es posible y la mejor solución.
Seguimos una terapia individual y personalizada para cada caso llevada a cabo por el personal médico de la clínica (enfermeras, médico general y director de terapia), planificado y supervisado por psiquiatras de amplia experiencia en este campo como son Ania Justo y Ashkan Espandian.
En la fase de desintoxicación muchas veces es necesario el uso de psicofármacos, bajo estricta supervisión del médico interno y el psiquiatra, para minimizar la complicación en la fase de “mono”. Es un momento físicamente muy duro para el paciente y el primer escollo en la recuperación.
Después, el paciente comienza a relacionarse con el resto de las personas que están tratándose en el centro y que están en una fase más avanzada de su recuperación. Se incorporan a la terapia psicológica y psiquiátrica, individualmente y en grupo, y ven cómo personas con sus mismos problemas están logrando superarlos. Aquí ya solo tienen permitidos medicamentos que tengan pautados por otras afecciones.
No te vamos a mentir, es duro para todos.
Para el paciente lo peor son los primeros días, el período de desintoxicación. Pero al utilizar medicación pautada por el psiquiatra, aunque lo pasan mal, evitamos riesgos para su salud y les ayuda a llevarlo mucho mejor.
Después no será fácil, costará mucho esfuerzo tanto por su parte como por el personal médico que lo atiende, pero a base de tiempo y esfuerzo, se consigue.
La implicación de la familia es grande y al principio es necesario un compromiso para evitar cualquier tipo de contacto, hasta que el paciente esté preparado.
Acabar de desintoxicarse y redimirse no es nada fácil para nadie.
Más adelante, será necesario que la familia se implique en reuniones con el paciente, porque hay mucho que curar en esa relación y es parte fundamental para la recuperación completa.
Si quieres salvar a una persona que quieres del pozo inmundo de las adicciones, con nuestros tratamientos, lo puedes lograr.
Alejar al paciente de todo contacto con esas personas y entornos que le resultan nocivos y tener personal médico 24h, las comodidades propias de un hotel exclusivo y en un ambiente natural, es una inversión grande, lo sabemos.
A partir de ahí, tienes que decidir tú.
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